Acerca de la Biblioteca

Presentación

La Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (BPEJ) “Juan José Arreola” es una institución que ha evolucionado a lo largo del tiempo, influenciada por el contexto nacional e histórico en el que se originó y por las transformaciones impulsadas por la globalización y las tecnologías de la información.

En primer lugar, es esencial comprender el momento histórico que dio origen a esta biblioteca. Jalisco, como estado de México, fue testigo de momentos significativos que dejaron una impronta en su desarrollo cultural y educativo. La creación de la principal biblioteca estuvo influenciada por las necesidades de la sociedad en este período particular, vinculado a momentos de cambios políticos, sociales o culturales. Nuestra biblioteca fue concebida como un centro de acceso al conocimiento y la información en un momento en que el recurso impreso era la principal y única fuente de aprendizaje.

En segundo lugar, la globalización y los avances tecnológicos actuales marcan una nueva era para las bibliotecas, imponiendo la necesidad de adaptarse a las tendencias digitales. Esta transición hacia el mundo digital implica incorporar tecnologías de información y comunicación, así como redefinir los servicios bibliotecarios para satisfacer las demandas de una comunidad que busca información de manera rápida y accesible. Es por esto que, hoy en día, nos enfrentamos al mayor desafío de nuestra historia, que no es otro que el de equilibrar la herencia histórica con la necesidad de ofrecer servicios modernos y accesibles. 

La actual Biblioteca Pública del Estado de Jalisco es el resultado de un proceso histórico y nacional unido a una constante evolución social que tiene, como principal finalidad, la de adaptarse a las demandas de una sociedad inmersa en la era digital, equilibrando con sus actuaciones, la preservación del patrimonio cultural y la implementación de tecnologías que faciliten el acceso y la difusión del conocimiento en un mundo en constante cambio.

Históricamente México, desde una perspectiva sociopolítica, siempre ha desempeñado un papel clave en la preservación y promoción de tradiciones culturales y ancestrales en el continente americano. Desde la época prehispánica, el territorio mexicano fue testigo de una rica herencia cultural, incluyendo prácticas relacionadas con el conocimiento y la preservación de la información. En esta época precolombina, específicamente en la era azteca, las casas de libros conocidas como "amoxcalli" eran fundamentales para la conservación de manuscritos y el conocimiento. Estas infraestructuras servían como depósitos de información, destacando la importancia que se le daba a la escritura y la transmisión de conocimiento en las civilizaciones indígenas de la región.

Durante la colonización española, México fue un país pionero en la fundación de bibliotecas. En 1534, apenas unos años después de la llegada de los conquistadores, se estableció la primera en nuestro territorio. Con este hecho se destacó la prontitud de reconocer la importancia de instituciones dedicadas a la preservación y difusión del conocimiento y el país se consolidó como poseedor de algunas de los acervos más ricos y grandes de la América española. La riqueza cultural y el intercambio de ideas que tuvieron lugar en estas instituciones contribuyeron, de forma significativa, al desarrollo intelectual y cultural de toda la región. En la actualidad, este legado sigue siendo una parte integral de la identidad mexicana ya que las bibliotecas modernas, como la nuestra, continúan la tradición de ser guardianas del conocimiento, pero a la vez que amplían su vocación como centros de acceso a la cultura y la información.

Historia

El establecimiento de las bibliotecas como instrumentos de desarrollo cultural y  progreso en México tuvo lugar después de la instauración de la República. Durante este periodo, se fundó la Biblioteca Nacional y diversas bibliotecas públicas de diferentes estados, lo que marcó un cambio significativo en la percepción y función de estas instituciones. En el caso específico de Jalisco, la creación de nuestra biblioteca pública fue oficializada mediante un decreto gubernamental firmado el 24 de julio de 1861. Sin embargo, no fue sino hasta 1874 que abrió sus puertas al público. Esta institución, como otras en el país, se generó en un contexto político y social que buscaba impulsar el desarrollo cultural y educativo, alejándose de las estructuras anteriores asociadas a la iglesia y los conventos.

Nuestra colección, de inicio, estuvo conformada principalmente por libros provenientes de los centros religiosos. Este hecho se vincula con la Ley de Reforma, que durante la segunda mitad del siglo XIX, oficializó una serie de medidas para la secularización de bienes eclesiásticos, incluyendo los archivos y bibliotecas de los conventos, los cuales pasaron a formar parte de las nuevas instituciones culturales y educativas del país. Dentro de este contexto, la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco se convirtió en un espacio que albergó y compartió el conocimiento previamente resguardado en las instituciones religiosas. Este cambio representó un paso importante hacia la democratización del acceso al conocimiento en México, al abrir las puertas de estas bibliotecas al público en general.

La evolución de las bibliotecas públicas ciertamente enfrentó desafíos significativos, principalmente la falta de apoyo gubernamental y de conciencia colectiva en sus etapas iniciales. La accesibilidad al conocimiento y la educación estaba limitada, ya que solo los grupos más acomodados tenían fácil acceso a la educación, excluyendo a gran parte de la población. No fue hasta la segunda década del siglo XX, específicamente después de la lucha armada revolucionaria, que se empezaron a realizar esfuerzos para democratizar el acceso al conocimiento. La creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), liderada por José Vasconcelos, marcó un hito crucial en este proceso. Vasconcelos impulsó la idea de convertir al libro en un objeto accesible para todos los ciudadanos, contribuyendo así a la expansión de las bibliotecas públicas. Durante su gestión, duplicó la creación de bibliotecas públicas, aunque no se consolidaron completamente. Este período marcó el inicio de un cambio significativo hacia la democratización del acceso a la información y la cultura.

Sin embargo, no es hasta 1983 que se estableció el Plan Nacional de Bibliotecas Públicas, donde se proporcionó un impulso más sustancial para la creación y consolidación de las bibliotecas en el país. Este plan fue crucial para establecer una red de bibliotecas públicas a lo largo y ancho de México, brindando a la población un acceso más equitativo a la educación y la información.

La Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola” ha enfrentado desafíos considerables en términos de educación e infraestructura, pero a lo largo del tiempo se ha consolidado como una institución fundamental que va más allá de su función bibliotecaria. En lugar de limitarse a ser simplemente un depósito de libros, nos hemos convertido en un icono de identidad para los jaliscienses, representando la riqueza documental que refleja la diversidad de lenguajes, pueblos y culturas de la región. Esta heterogeneidad de lenguajes, la pluralidad de pueblos y la riqueza de las culturas presentes en la región se ven reflejadas en las colecciones documentales que aquí se resguardan. Estos materiales no solo son fuentes de conocimiento, sino también testimonios vivos de la historia y la identidad jalisciense.

La biblioteca, al ser un espacio de acceso libre al conocimiento contribuye a superar las adversidades educativas, ya que proporciona recursos que enriquecen la formación y el aprendizaje de la población. Además, al posicionarse como un elemento social, se convierte en un punto de encuentro y conexión entre las personas, fomentando la construcción de una identidad colectiva basada en la apreciación y valoración de la diversidad cultural. En este sentido, la biblioteca no solo sirve como centro de información, sino que también es bastión de la herencia cultural y símbolo de la identidad regional. A través de esta labor, se contribuye a fortalecer el tejido social, promoviendo la comprensión y el respeto entre los distintos grupos y comunidades presentes.

La evolución de la biblioteca refleja una adaptación constante a los cambios no solo en las barreras territoriales, sino también a las particularidades de la era actual, caracterizada por funcionamientos de carácter supranacional. Esta transformación implica que la biblioteca debe asumir roles más allá de lo local, reconociendo la importancia de integrarse a la sociedad globalizada y digital. En este sentido, la biblioteca no solo se enfoca en servir a un entorno específico, sino que también busca conectarse con las dinámicas globales de la sociedad del conocimiento.

La transición de la biblioteca hacia los parámetros actuales implica incorporar tecnología, digitalizar las colecciones, ofertar servicios en línea y promocionar la alfabetización digital, entre otras actividades. Es por todo esto que la biblioteca se convierte en un espacio de encuentro no solo físico sino también virtual, promoviendo la interacción social y el intercambio de ideas. Este proceso de transición no solo está implicando cambios de infraestructura y tecnología, sino también en materia de redefinir el rol bibliotecario como facilitador del acceso a la información en un contexto que trasciende las fronteras locales.

Hoy en día

La génesis de la globalización está dando lugar a un proceso de transformación mundial marcado por cambios que trascienden fronteras. Este fenómeno no se limita solo a lo regional, sino que se caracteriza por su naturaleza relacional múltiple y por tener propiedades espacio-temporales complejas. En el ámbito bibliotecario, la comprensión intercultural e interdisciplinar se vuelve esencial para el beneficio de los usuarios. Las bibliotecas, enfrentamos el desafío de adaptarnos a un entorno globalizado en el que la información y las ideas circulan a una velocidad sin precedente. 

El ejercicio del derecho de acceso a la información se convierte en el objetivo fundamental de la globalización. Las bibliotecas no solo debemos facilitar acceso a recursos locales sino también integrar y proporcionar entrada a fuentes internacionales. Esto implica diversificar colecciones y servicios para reflejar esta riqueza y pluralidad de perspectivas, además de desempeñar un papel importante como espacio de encuentro y diálogo intercultural, fomentando y contribuyendo al intercambio de ideas y a fortalecer los lazos sociales, promoviendo la tolerancia y el respeto en una sociedad global.

La transformación del antiguo concepto de biblioteca hacia una perspectiva más amplia y diversificada es fundamental en el contexto actual en el que nos encontramos. Esta evolución va más allá de lo tradicional como lugar físico dedicado a libros impresos y se encamina hacia un concepto de diversificación de formatos y productos que contribuyen al enriquecimiento de estas instituciones como centros de lectura y conocimiento. 

La diversificación de productos y formatos, físicos y/o virtuales, convierte a la Biblioteca en un componente esencial e irremplazable de la infraestructura cultural, educativa e informativa del territorio. Además de ofrecer una amplia gama de recursos, también desempeña un papel crucial en la promoción de la alfabetización digital, la educación continua y la participación en la sociedad del conocimiento. Es el espacio donde la comunidad puede acceder a información, nutrir la curiosidad intelectual y participar en la cultura y el conocimiento.

Dicha contribución enfrenta múltiples complejidades que impone la información misma, sus medios de acceso y de disponibilidad como el crecimiento de la oferta de información y el incremento de costos afectados por limitados recursos presupuestales y aunados al auge de los diversos medios electrónicos y digitales que permiten una mayor cobertura, diseminación, acceso y transferencia de la información. 

Es por todo esto que la BPEJ partiendo de dicha realidad plantea el desarrollo de habilidades que permitan utilizar la tecnología, tener un conocimiento permanente del comportamiento editorial e informativo, y detectar no solo la información que se requiere, sino el medio idóneo en el que ésta se encuentra disponible disponible. Se aprovecha la evolución tecnológica para modernizar operaciones, mejorar la accesibilidad a las colecciones y para optimizar la preservación del patrimonio cultural. La combinación de automatización, digitalización y difusión en línea permite adaptarse a los cambios en el entorno informativo y ofrecer servicios más eficientes y amplios a su comunidad de usuarios.

La implementación de una plataforma donde se puede consultar desde el catálogo automatizado demuestra un compromiso con la modernización, la accesibilidad y la satisfacción del usuario. La combinación de servicios automatizados, acceso a documentos digitales y la integración de fuentes en línea de calidad nos posiciona como recurso valioso en el panorama informativo y cultural.

Es por todo esto que nuestra biblioteca, la de todos, se concibe entonces como una institución comprometida con el resguardo, la conservación y el acceso gratuito a la información en la que se destaca su importancia como custodio de la memoria histórica, como facilitador de la educación y como contribuyente de la identidad cultural, convirtiéndose en garante de archivos históricos, colecciones bibliográficas y manuscritos de carácter único cuya importancia es fundamental para la identidad y reconstrucción histórica del Occidente y Norte mexicanos, además de contribuir a la construcción continua de la identidad documental de nuestro país con fondos contemporáneos impresos y digitales. La combinación de responsabilidades históricas y contemporáneas demuestra nuestra relevancia continua en la sociedad.

Una ciudadanía que no tenga acceso a la información está condenada a marginarse de los beneficios que trae el participar en la sociedad de la información y del conocimiento, por ello la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola” gestiona los procesos de disponibilidad y de acceso a la información que pueden transformar exitosamente la vida económica, política, social y cultural de la comunidad jalisciense.