Alista préstamo de libros la BPEJ

José Trinidad Padilla López, director de la BPEJ. Foto: Fernanda Velázquez

 

A más tardar a mediados de este año la Biblioteca Publica del Estado de Jalisco (BPEJ) Juan José Arreola iniciará el sistema de préstamo externo de libros, por lo que se trabaja en la actualización de todo el acervo para dotarlo de las etiquetas magnéticas que permitan un control eficaz de los volúmenes que salgan y regresen.

“Es algo que me han planteado mucho, pues se trata de una biblioteca pública. Y para ello se necesita dotar de ciertos sistemas de control para tener una base de datos de los usuarios a los que se les presta, hacer un sistema que garantice lo más que se pueda que el libro regrese”, explicó el director de la biblioteca, José Trinidad Padilla López, quien tomó las riendas del recinto el 2 de septiembre de 2019.

 

¿Qué nos puedes compartir sobre los usuarios de la biblioteca?

Sí hay muchos usuarios, en su mayor parte jóvenes, lo que es normal, porque muchos de ellos son los estudiantes de planteles de los alrededores. Muchos jóvenes de la Preparatoria 10 y de otras escuelas se vienen a realizar sus tareas y a utilizar las computadoras, porque una biblioteca moderna no es sólo un acervo de libros, es también un centro de autoacceso a través de las diversas tecnologías. Pero a mí no me satisface mucho, que aunque vengan muchos jóvenes sea solamente ese público, y el reto que tenemos es tratar de generar un flujo que no sólo sea el usuario universitario. Muchas personas tienen la impresión de que la Biblioteca Juan José Arreola es solamente universitaria, y entiendo que eso piensan porque es administrada por la Universidad de Guadalajara, lo que puede ser que, en algunos casos, están inhibidas y no se acercan a la biblioteca.

La biblioteca no es sólo un acervo de libros, es también un centro de autoacceso a través de las diversas tecnologías. 

 

¿Qué se requiere para ingresar a la biblioteca?

Una identificación, pero no necesita ser universitario. Es para todo público.

 

¿Cuántos usuarios tiene la biblioteca?

De todo el edificio contemporáneo, de acceso al público, casi 208 mil usuarios que vienen aquí a consultar. Porque se trata de dos edificios. El otro edificio es el histórico, donde se tienen los acervos tesoro, como los incunables del siglo XV. Aquí se tiene el archivo histórico, como el fondo de Jorge Álvarez del Castillo, que lo utilizan investigadores. La consulta se hace digital porque muchos documentos son muy antiguos, no es sencillo consultarlos. Hay una mapoteca, la hemeroteca, ese acervo es menos consultado, aun así, al año tiene mil 580 usuarios, en el que se incluyen las visitas guiadas.

 ¿Qué proyectos tiene para diversificar a los usuarios y que más población se acerque?

Lo que ya estamos promoviendo, y es un reto, es que se conozca a la biblioteca pública entre usuarios que no necesariamente son universitarios, que sepan que la biblioteca es pública. La UdeG cuenta con 212 bibliotecas, de las cuales dos son específicamente públicas: la Juan José Arreola, fundada en 1861, y la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, fundada en 1992, con acceso para todos. Por eso estamos impulsando diversos programas. Además, estamos buscando un vínculo con las bibliotecas públicas municipales para establecer programas de fomento a la lectura. Generar bibliotecas ambulantes, que no resuelven el problema de fondo, pero es como un ganchito, un incentivo para acercar los libros a los barrios, a los jóvenes, a niños, y que se interesen por los libros e invitarlos a la biblioteca pública.

El reto de la biblioteca es atraer a un público diferenciado más allá de los universitarios. 

Los libros más buscados en la biblioteca son mangas y cómics. 

Además del acervo, se brindan otros servicios de libros digitales, los laboratorios de idiomas de manera autodidacta y el autoacceso.

 

 

 ¿Hacia dónde se encamina la BPEJ?

En principio a aumentar su capacidad y posibilidades no sólo como un gran reservorio de libros impresos, sino a brindar otros servicios de libros digitales, los acervos, los laboratorios de idiomas de manera autodidacta, con tutoriales, poner a disposición del público catálogos más actualizados para tratar que más personas puedan venir a la biblioteca, no sólo a pedir prestado un libro, sino a conferencias, a círculos de estudio, a ciclos de cine; y hacer sinergia con el Centro Cultural Universitario, donde se cuenta con la Cineteca, el Conjunto Santander de Artes Escénicas y próximamente el Museo de Ciencias Ambientales.

En la numeralia y datos sobre qué lecturas buscan más los niños y jóvenes de la BPEJ, destacan las temáticas de cómic y manga, el Diario de Greg de Jeff Kinney, títulos de Stephen King, Jordi Sierra i Fabra y Antonio Malpica.  ¿Cuáles son las razones por las que los jóvenes leen lo que leen?

Es muy difícil saberlo. A veces, son modas, o estrategias de marketing de empresas que publicitan mucho a determinados autores. No me parece mal; sin embargo, es muy bueno que se haya puesto de moda leer a Harry Potter, por ejemplo, y que las películas hayan propiciado luego leer los libros. Decía Arturo Pérez Reverte, autor de la saga de El capitán Alatriste, que ojalá se pudieran hacer películas de libros de las aventuras de capa y espada, y tratar de volver a incitar para que los chavos lean esas cosas que es buena literatura, que es motivadora. Pero, a veces, se les olvida en las escuelas motivar a que los lean, porque, por desgracia, los sistemas educativos ‘vacunan’ contra la lectura. Yo, por ejemplo, recuerdo que la primera novela que leí de niño fue la de Ivanhoe, de Walter Scott, y después cayó en mis manos el Libro de la selva, antes de la caricatura o la película. Si logramos hacer que los niños y jóvenes se acerquen a esa literatura por el placer de leerlos, ya estamos del otro lado. Y ese tipo de cosas es lo que una biblioteca debe propiciar: ser un apoyo complementario al sistema educativo.

 

Por :Cristina Félix

febrero 24, 2020

 

Gaceta UDG